Los efectos provocados por el consumo de anfetaminas recuerdan en gran medida a los producidos por la cocaina. La acción de las anfetaminas varía considerablemente entre individuos, ambientes y circunstancias.
Efectos a corto plazo, dosis promedio:
Aumento en el estado de alerta, locuacidad, confianza, reducción del apetito, posible paranoia y agresión. Sensación de estar "amplificado".
Cefalea, dilatación de la pupila, aumento en el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. Puede causar picazón o escozor.
Efectos a corto plazo, grandes dosis:
Visión borrosa, deterioro del habla, convulsiones, crispación o sacudidas, ritmo cardíaco irregular, insomnio.
Puede producir delirio, pánico y alucinaciones, particularmente si se toman altas dosis durante varios días.
Efectos a largo plazo, uso crónico y reajuste:
El uso prolongado puede causar úlceras, lesión de los vasos sanguíneos, insuficiencia cardíaca y una forma de psicosis.
La menstruación puede interrumpirse o volverse irregular. Puede bajar la eficacia de las píldoras anticonceptivas.
Los síntomas de reajuste van desde fatiga, irritabilidad y depresión hasta antojo severo, ansiedad y reacciones psicóticas.
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